
Hoy hemos vivido una experiencia de lo más extraña. Salíamos de la escuela y mientras charlábamos plácidamente, de repente, una especie de onda expansiva nos ha dejado a todos bloqueados. Los cristales del edificio temblaban y nuestros cuerpos vibraban como si hubiésemos estado toda la noche pegados a un altavoz gigante en una discoteca.
Ha sido alucinante. Un par de golpes secos y parecia que nos iban a volar en pedazos, pero únicamente ha sido una nave espacial, el Discovery, en su llegada a la base de Edwards, California.
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