Por culpa de mi ordenador portatil que ha tenido a bien quedarse sin bateria (ese magnifico Mac), no puedo en esta ocasion escribir con acentos ni con la letra patria. Escribo desde el ordeandor del Hotel. Bueno, a lo que vamos.
Mi experiencia de Safari en Sudafrica fue algo incomparable, el poder apreciar a los animales autoctonos en su habitat natural es algo ciertamente inborrable. La memoria queda marcada para siempre y segun lo estas viviendo, sabes que sera algo para contar a las generaciones que vengan: Un amanecer con el rugido del Leon, la caza desesperada de una hambrienta leona, la lucha feroz por el territorio entre un rinoceronte y un elefante, la migracion de los nus (mierda de ordenador), el oteo del buffalo y, sobre todo, esa sigilosidad nocturna del leopardo.
En ocasiones nos hemos visto obligados a improvisar algo que rellenase la necesidad de un producto, el cual, ciertamente, no tenia mucho mas que ofrecer. Pero creo que nunca se ha reparado en que, muchas veces, algo simple y sencillo, pero autentico, tiene mas efecto que algo realmente complejo. A los huevos con patatas fritas me remito.
Hoy nos hemos levantado, no sin esfuerzo, y jugando con los dados de la suerte, hemos decidido visitar el habitat de uno de los mas temibles y antiguos depredadores del planeta: el alligator. Para ello nos teniamos que dirigir al parque nacional de los Everglades, a unas dos horillas de Miami.
Una vez abandonada la autopista, nuestras emociones han ido en aumento. En los canales laterales de la carretera habia alligators!!!! Paradas para videos, discusiones joviales de quien habia visto mas en el camino, amenizaban los ultimos pasos y, sobre todo, el empolle de lo que decia la guia acerca de los Everglades. La historia no era compleja: Inicialmente la Florida tenia dos tribus de indios nativos que, al extinguirse, dejaron un habitat idoneo para la tribu de los indios Seminolas. A estos pollos, tras varias guerras con el hombre blanco, les dejaron vivir en esa estupenda zona llena de alligators, mosquitos y agua, llamada los Everglades. Y asi, con los anos, llegaron a gestionar el parque.
Particularmente creo que no les sento nada bien que les dejasen la peor parte de la peninsula y que, encima, cuando gobierno decidio hacerlo parque nacional, les obligara a trabajarlo.
Tras rumiarlo un poco en el comite de ancianos, se dieron cuenta de que esto era la oportunidad de venganza. Probablemente los indios presentarian el proyecto en una comision de parques nacionales o algo asi, y, tras bastantes dudas, pero con el sentimiento de culpa por haber aniquilado a una gran parte de su poblacion, les aceptaron la idea.
Llegamos a una oficina de souvenirs (raro en mi, no compre nada) y nos sacamos tickets para dos excitantes actividades (ya me veia yo como en esas excursiones nocturnas por la sabana africana, acosado, en esta ocasion, por la pantera de la florida y los caimanes y cocodrilos locales): un paseo en una de esas barcas con un ventilador gigante detras y, un safari por tierra.
Hemos de reconocer que la vuelta en barquita fue satisfactoria, un paseillo de 20 minutejos por los canales en los que en las orillas descansaban los alligators. Pajaros varios, a los que incompresiblemente no prestabamos mucha atencion y algunos mamiferos de extrana presencia. Saliamos pensando: "esto ha estado bien, pero el safari va a ser la leche!".
Tras cruzar una valla, atravesando uno de los canales, nos adentrabamos en la tierra salvaje de los Everglades. Y a partir de aqui (primer minuto) vino la decepcion. Todos los animales que nos ibamos encontrando eran pegotes. Ante la falta de fauna local, se habian dedicado a traer de otros lugares bestias salvajes que hicieran las delicias de los avidos turistas. Buffalos de agua, una especie de ciervo indio, bisontes, buffalos varios y avestruces africanas dieron paso a la gran estrella del safari: el cerdo. Si, literalmente, el cerdo. Cientos de cerdos campaban alegremente a sus anchas sin ser molestados por nadie, sintiendose como Angelina cada vez que les lanzabamos una foto.
Pero aqui no acababa la cona. Los dos ultimos animales que nos presentaron como estrellas fueron, lo adivinais?: La vaca y el caballo. Si. Vacas y Caballos introducidos por los espanoles en la conquista de America. Para fliparlo. A lo mejor el resto del grupo no entendia porque, pero nos reiamos de lo lindo ante lo que veian nuestros ojos.
Sustentando la teoria de la tomadura de pelo de los indios seminolas al gobierno, debo decir que no hemos visto ni un solo indio. Sabian de lo absurdo del proyecto y con la pasta contrataron algunos hombres blancos para que fueran ellos los que hiciesen el ridiculo. Habian montado una granja escuela. Ojo por ojo.
Y la pantera de la florida en una jaula.