viernes, 16 de octubre de 2009

"Una ovehita, do ovehita, tre ovehita..."

Ultimamente no hago más que acordarme de Carmen Sevilla. Es por aquello de las "armoadas" "Cervital Relas". Os acordáis. Cada mañana, al levantarme, me doy cuenta de lo necesarias que serían en este momento para mi cuello. No es que no tenga almohada, es que tengo una de IKEA, y es un auténtico infierno. Debería haber una agencia reguladora que impidiese que se vendan almohadas como las de IKEA. ¡Madre del amor hermoso! Es levantarse y como si toda la noche te hubiese estado pisando el cuello un caballo furioso; no puedes ni moverte.

Este hecho ha causado la ruptura de una de mis convicciones más profundas: los masajes son una mierda y no valen para nada. En efecto, tras estas dos semanas de rodajes, dormir poco y el efecto machacón de la almohada, la imagen de un chino que da masajes en el centro comercial de Burbank se me apareció en sueños. No es nada sofisticado; te sienta en una silla de esas que te "rechinas" hacia delante y el muy cabrón empieza a tocarte donde más te duele. El jodido no habla ni papa de inglés y cuando me intentaba escapar (porque me hacía daño) no hacía más que empujarme de nuevo a la silla. No sé lo que me estaba diciendo, pero cada vez que intentaba la evasiva, muy serio, soltaba un improperio y me obligaba a volver a la posición de "la flor de loto".

Fueron 15 minutos de auténtico dolor, y profunda indefensión ante el chino, pero me dejó bastante bien.

Y he aprendido la lección, he pasado de las almohadas de 5 dólares de IKEA a las de 16 de BED, BATH & BEYOND. Espero que estas sean las adecuadas y no tener que pasar a las de 40. No quiero volver donde el chino.

3 comentarios:

  1. ¿Y no te has planteado que la culpa no sea de IKEA sino de los años que ya vamos peinando?

    Te lo digo porque yo, joven y lozana donde las haya, nunca he tenido ni meido problema con ninguna almohada, y eso que he dormido en hoteluchos de dudosa reputación....

    Un beso!

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  2. Pero que fino te nos has vuelto, desde que vives al lado de las "celebrities"....si es que esto de cruzar el charco, no sé yo, no sé. Seguro que durmiendo en una tienda de campaña, con un saco, y el anorak como almohada en la sierra madrileña no te pasarían estas cosas.

    Un beso.
    Mª Elena

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  3. Andrés, es que esto de ser un bohemio pijo no puede ser... Lo que tienes que ponerte es un collarín que viste mucho y despertará el instinto protector de tus profesores

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