sábado, 7 de noviembre de 2009

Un amor imposible

De los hechos y las estadísticas no podemos escaparnos. Es un hecho.

No es la primera vez que vengo a Miami, pero si que esperaba fuese la primera vez en que disfrutara plenamente de los encantos de la "capital" cubana. En mi última visita, un huracán me retuvo varios días en casa de mi amigo Fernando y causó la cancelación del concierto de Gloria Estefan para el que había comprado entradas.

Esperaba que esta ocasión fuese distinta. Esperaba que ningún fenómeno de índole natural eclipsase mi vista a la península de la Florida. Pues bien, primera noche en Miami y la madre naturaleza se ha puesto en nuestra contra, pero más en la mía que en la de ningún otro.

Tras recorrernos unos cientos de metros de Ocean Drive, se me pone en las narices comer una paella (¡hay que tener huevos de llamarle paella!) en uno de los restaurantes de la famosa calle. La comida transcurrió sin complicaciones hasta que llego la cuenta. Más, mucho más de lo que esperábamos, muchísimo más. 350 dólares que no nos explicábamos de donde habían salido, pero que, en efecto, tras sumar todo, nos daba la cantidad exacta que venía en el papelito.

Con resignación y 350 dólares menos en el bolsillo, salíamos del restaurante, y por ser sábado noche, decidimos entrar en un terraza a tomar algo.

Gonzalo, Evencio y un humilde servidor, formábamos un círculo perfecto, sin aparentes fisuras, hasta que la tierra hizo crack. Normalmente estos fenómenos los genera un movimiento sísmico de elevada magnitud, pero en esta ocasión, un movimiento en falso de Gonzalo, empezó a provocar un corrimiento de tierras. Mientras Evencio pedía unas copas, y yo jugaba con mi sudoku en el teléfono móvil, Gonzalo hacía un movimiento evasivo que le llevó irremediablemente al centro de un grupo de mujeres nada agraciadas. Durante unos minutos nos reíamos de Gonzalo y el berenjenal en el que se había metido, pero cuando decidió compartir con nosotros sus nuevas amistades se acabo lo que se daba.

Mi juego con el móvil me permitió mantenerme alejado del campo de batalla, pero en cuanto Gonzalo se marcha al baño y Evencio se gira de nuevo sobre la barra, la noche se hizo oscura para mí.

Es matemática pura. Si el 60 por ciento de los americanos son obesos, las féminas, pues también. Una "señora" del grupo de nuevas amistades de Gonzalo, había usado la espalda de mi hermano como trampolín para acercarse hasta mi. La espalda supongo que quedó dolorida después de que esta buena mujer, con obesidad mórbida, hiciese el movimiento de ataque hacia mí.

He de reconocer que me pilló con la guardia baja y un sudoku a puntito de terminar, por lo que mi rapidez de reflejos (ya de por sí baja) se vio mermada de manera considerable. Su introducción no pudo ser más acertada. Con su melena color rubio "teñido jodido" y una voz sexy que recuerda a Bruce Springsteen con carraspera tiene la jeta de decirme: "Deja ya de jugar con el puto móvil". Creo que mi cara de sorpresa fue más que suficiente para entender que no me había tomado muy bien esa delicadeza, así que intentó arreglarlo del siguiente modo: "tu hermano es guapo, pero tú eres espectacular". Yo seguía sin palabras, no podía creerme lo que me estaba pasando. ¡600 kilos de ganadería vitorina me estaban tirando la caña! La tierra se movía bajo mis pies.

La buena mujer seguía con su aproximación kamikaze, muy al estilo nipón, y quizás creyendo que la visión de una mujer con cierta estabilidad podría despertar mis instintos vikingos, me reveló que tenía 40 años y dos hijos, uno de 11 y otra de 7. Yo miraba mi sudoku, le miraba a ella, y no acababa de dar con el número que me faltaba en la esquina superior derecha; definitivamente había roto mi concentración.

A cada paso que daba la buena mujer, mayores eran las grietas en el suelo. Todavía tuve que soportar un rato más sus quejas de la falta de hombres de verdad en Miami. Según su experiencia, todos los hombres de Miami eran gays. Yo creo que ella no acababa de entender que con cualquiera que intentase algo se iba a declarar en huelga sexual absoluta.

Pensaba yo que había encontrado la manera de quitármela de encima, para lo que usé una de esas llaves que se supone funcionan siempre. Mencioné mi estado: "mi novia siempre dice que...". Lejos de amilanarle, fue una manera de espolear su creatividad, y haciendo uso de una frase atribuida a Las Vegas, me dice: "pero tu novia no está aquí, y ya sabes que, lo que pasa en Miami, se queda en Miami". Con los ojos como platos decidí dar por finalizado el encuentro como un auténtico hombre: en cuanto se giró a hacerle un comentario a una de sus amigas salí corriendo entre la muchedumbre y me escondí en un punto ciego de la terraza. Desde allí controlaba a mi enemigo y, por supuesto, a mis escoltas que cobardemente me abandonaron a la suerte de un seísmo de magnitud desproporcionada.

Desde mi escondrijo también he podido ver como se levantaban rachas de viento potentes, probablemente provenientes de la tormenta Ira. Con suerte mañana no podemos ir a la playa. Definitivamente no le caigo nada bien a la península de la Florida.

6 comentarios:

  1. Jujuju... qué horror!!! Eso en lugar de subir la autoestima... la aniquila.
    Por si te consuela, yo también creo que eres muy guapo!!!

    (y también estoy enganchada a los sudokus)

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  2. Andrew!!! eres la bomba me hiciste reir como hacia mucho tiempo que no pasaba!!!! Como dirijas la mitad de bien de lo q escribes......... me sacas de pobre!! jaajja

    Pero te tienes merecido q t pase eso por ser tan friki como para estar haciendo sudokus en un sitio de copas!!!
    Creo q los 2 Moret sois espectaculares!!!

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  3. le arrancaré la cabeza a la gorda!!
    jejeje
    es broma claro

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  4. Doy fe que Carlos se rio mucho, mucho, mucho!!! Y Susana y yo también cuando el nos lo volvía a leer a nosotras.
    Que "agresividad" Miriam...y eso que parecías muy modosita!!jejeje

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  5. ¿No sería un manatí acaso? Si la gente encuentra caimanes en las gasolineras, no veo por qué no iban a ir los manatís a las barras de los bares. Lo tuyo con los haikus en el móvil, y tu obsesión mórbida con la cámara, hacen de ti alguien "espectacular", Andrew, no hay duda. Álvaro (por cierto que también yo me estoy riendo mucho con tus posts)

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  6. Jajajajajajajajajaja!!!!! estoy contigo Carlos como me he reido al leerlo!!! Mira que le pregunté a Gonzalo a la vuelta que tal fue por Miami... "bien, tuvimos mala suerte con el tiempo, pero bien" Bien???? creo que omitió lo mejor del viaje, como pasar por alto algo de tal magnitud y peso... increible!!!
    Desde luego miriam que agresividad... controla esos celos... jajajaja (pero está claro que con esas pretendientes no hay motivos...!!!)
    Besitos Andrew!!!!

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